Por: Héctor Alarcón Carrasco
-
Los
accidentes ocurridos a aviones en vuelo
-
Las
necesidades básicas de los isleños: un camino y
y la seguridad aérea de un
aeródromo establecido.
Cuando ya han pasado varios días del
accidente del avión CASA 212 de la Fuerza Aérea de Chile, ocurrido en las
inmediaciones del aeródromo de Robinson Crusoe, cabe hacer algunos recuerdos y
precisiones sobre el porqué de la aviación en ese apartado lugar de nuestra
loca geografía, su pasado, su presente y la responsabilidad que le cabe al
Estado en la mantención de servicios aéreos regulares, que permitan a los
isleños una fluidez en sus viajes hacia el continente.
Debemos recordar que desde tiempos
inmemoriales el único medio de comunicación fueron los barcos y lanchas que a
veces demoraban meses en pasar por la isla. Cabe recordar que hace algunos años
solamente, fue tal el aislamiento en invierno, que un avión de la FACH tuvo que
lanzar leche en paracaídas para los niños de ese lugar. Esto nos demuestra la
fragilidad de la comunicación entre una isla ubicada a sólo 670 kilómetros del
continente, pero con una geografía que le ha impedido contar con un aeródromo
con todas sus instalaciones y con una pista adecuada para aterrizajes de
aviones de todo tipo.
Los primeros vuelos fueron realizados el
año 1944 por botes voladores de la Fuerza Aérea de Chile, dando inicio así a
una serie de vuelos en apoyo de los isleños y cuyo lugar de amarizaje era
bahía Cumberland. Posteriormente la Línea Transa intento iniciar el turismo con
un hidroavión Catalina, pero sus intenciones no fructificaron, en parte por los
vientos que continuamente azotaban la desabrigada bahía.
Sin embargo sería el empresario Carlos
Griffin quien a costa de muchas dificultades logró una autorización para
instalar un aeródromo en la isla, lo que vino a agilizar el comercio de
langostas hacia el continente y el transporte de isleños y turistas que
comenzaron a llegar en mayor cantidad.
La construcción de la pista, que contó
con el todo el apoyo de los isleños mediante el Grupo Villagra conformado por
hombres deseosos de ver progresar su querida tierra, ha sido el medio para que
varias generaciones hayan podido viajar al continente por razones de estudio o
enfermedad o simplemente para visitar familiares a lo largo del país.
LOS VUELOS TRAGICOS
Si bien han ocurrido varios accidentes a
los aviones que hacen la ruta, se pueden resumir en tres los que han dejado su
sino de tragedia y que han llenado de pesar a isleños y continentales.
La empresa Taxpa poseía dos Aerocomander
que utilizaba para volar a Robinson Crusoe. El día viernes 6 de octubre de 1972, le correspondió volar a la isla al experimentado piloto GERMÁN ACEVEDO SALAS en el Aerocomander matrícula CC‑CEO.
Acevedo, de 52
años, era un ex piloto e instructor de LAN, que tenía más de un millón de horas
de vuelo y era uno de los pioneros de la ruta en este tipo de aviones. El avión
despegó de Los Cerrillos e hizo una escala en Rodelillo donde subieron los
pasajeros que viajaban a la isla. Eran ellos el Jefe del Retén Robinson Crusoe
Suboficial Víctor Duque Martínez, el
Suboficial de la Armada y practicante de la isla Eulogio Rivera Zamora. Las
isleñas Varsovia Schiller de Recabarren, Carmen Camacho y doña Guillermina de
Araya y sus hijas menores Mónica y Ángela.
El último reporte del avión se efectuó a las 13:44 hrs., volando a 6
mil pies de altura y a 180
millas de la costa. Los seis minutos que mediaron entre
ese instante y el último comunicado, fueron tensos, el piloto anunció que trabajaba
un solo motor y que bajaba de 6 mil a 3
mil pies y que tendría cuidado para evitar que el viento le hiciera una mala
pasada y le colocara la hélice en bandera.
Luego un sórdido silencio en la transmisión radial señaló a Jorge
Rocuant, ejecutivo de TAXPA que mantuvo el último enlace con el avión, que
estaba en una real emergencia.
De acuerdo a las características del avión, se dijo en
un momento que podía amarizar o flotar desde una hora hasta un día, siempre que
las condiciones del tiempo no le fueran desfavorables y no hubiera marejadas.
Se inició una intensa búsqueda del avión por cielo mar
y tierra, la que nunca tuvo resultados positivos. De la misma forma una serie
de suposiciones acaparó las páginas de la prensa de la época y que sólo
quedaron en eso, ya que la falta de evidencias impidió arribar a un resultado
definitivo en las investigaciones.
El piloto Santiago Figueroa, hoy retirado de la
aviación y que en esos años trabajaba en TAXPA, recuerda este accidente en su
libro “Por Amor al Vuelo”, señalando que de la investigación que efectuó la
compañía se desprendió que el combustible cargado en Rodelillo estaba
contaminado con agua, lo que en definitiva habría sido el motivo del accidente.
Hasta antes del
tsunami un descanso ubicado en el interior del cementerio de Robinson Crusoe
indicaba los nombres de los pasajeros de este vuelo, como único recuerdo para
sus familiares que durante muchos años colocaron flores en ese lugar en memoria
de los desaparecidos.
Para Luis Bochetti, los vuelos a Robinson Crusoe eran
algo natural; era un antiguo piloto de vasta experiencia que ya en el año 1959 había
realizado su primer vuelo en un Grumman de Taxpa. Posteriormente
trabajó muchos años en la región de Aysén, zona que por lo inhóspito de su clima está considerada entre las más malas
del mundo para volar.
En
1994 había organizado la empresa Servicios Aéreos Ejecutivos, conocida por su
sigla “SAE”, la que contaba con un avión
Cessna 401 matrícula CC‑CBX, en el
que volaba periódicamente a la isla.
El 9 de mayo de 2000, luego de haber despegado
desde Los Cerrillos en vuelo a Robinson Crusoe, el avión desapareció cuando
se hallaba a unas 40
millas de la costa. A los mandos iba el piloto Luis
Bochetti y como copiloto su hijo del mismo nombre.
Volaban
frente a Santo Domingo cuando emitieron una señal de auxilio. Luego se perdió
su señal. No se hallaron restos que evidenciaran su pérdida en el mar. Se habló
mucho de la experiencia de Bochetti, de 72 años y de que podrían haber
habilitado la balsa de salvamento, pero a pesar de una intensa búsqueda, no
fueron ubicados el avión ni sus ocupantes.
El pasado 2 de septiembre, en horas de la tarde, informaciones de internet
señalaban que un avión de la Fuerza Aérea de Chile habría desaparecido en el
mar mientras intentaba aterrizar en el aeródromo de Robinson Crusoe, pasadas
las 17:00 horas.
Con el correr de las horas la noticia fue decantando y
se supo que en el vuelo viajaban conocidos personajes de la televisión que concurrían
a la inauguración de algunas instalaciones levantadas luego del tsunami que
azotó la isla en febrero del año pasado.
Los hechos ya son
bastante conocidos para repetirlos. Sólo podemos decir que 21 personas perdieron la vida en este
lamentable accidente del avión CASA 212. Ellos son los siguientes:
De Televisión Nacional de Chile:
Felipe Camiroaga, Roberto Bruce, Sylvia
Slier, Carolina Gatica y Rodrigo Cabezón
Del Desafío Levantemos
Chile:
Felipe Cubillos, Sebastian Correa, Joel
Lizama, Catalina Vela, Jorge Palma y Joaquín Arnolds
Del Consejo de Cultura:
Galia Díaz y Romina Irarrázabal
De la Fach:
Cdte Grupo Rodrigo Fernández y Periodista
José Cifuentes
Tripulación:
Tte Carolina Fernández (Piloto), Tte,
Juan Pablo Mallea, Sgto 1° Eduardo Jones, Cabo 1° Eduardo Estrada, Cabo 2°
Erwin Núnez y Cabo 2, Flavio Olivo
Hasta el momento de escribir esta crónica, sólo se han
encontrado los restos de cuatro personas y se teme que las demás puedan estar
al interior del fuselaje, que no ha sido ubicado, por lo que un despliegue de
más de 600 efectivos de la Armada y Fuerza Aérea trabajan con todos los medios
a su alcance para lograr resultados positivos en este rescate.
UN AVIÓN PERDIDO EN EL MAR
El día 4 de junio de 1991, el Piper Navajo CC-CEP de
LASA que había permanecido durante 15 días en la isla debido al mal tiempo,
salió en vuelo hacia el continente. Transportaba a un equipo de la productora
“CEARDI” de Televisión, llevando además carga variada. Luego de un cuarto de
hora de vuelo, la falla de un motor obligó al piloto Mario Contreras a regresar
a la isla, ya que el avión perdía altura rápidamente. Ante esta emergencia una
puerta del avión, asientos, equipaje y carga fueron lanzados al mar, entretanto
el avión alcanzaba a llegar cerca de Cumberland donde efectuó un amarizaje de
emergencia. De inmediato se lanzó al agua el bote salvavidas del avión, en el
que los ocupantes alcanzaron a navegar alrededor de cinco minutos, siendo
rescatados luego por el bote del isleño
Rolando Recabarren Camacho. Entre los pasajeros viajaba Adrián Covarrubias
Solar, el único de los lugareños que no desistió de volar ese día.
ALGUNAS APRECIACIONES
Finalmente debemos acotar que en casi setenta años de
aviación en Robinson Crusoe, se han perdido 31 vidas, lo que en el frio
concierto de las estadísticas sigue dejando a la aviación como el medio de
transporte más seguro para los pasajeros.
Es claro que la aviación ha permitido a los isleños acercarse a pasos agigantados al continente. De un viaje de más de uno o varios días en barco a dos o tres horas en avión, hay una distancia enorme. Sin embargo, el hecho de que en dos de los cuatro
accidentes ocurridos en el mar hayan fallecido casi el total de los pasajeros, debe
hacernos reflexionar sobre los medios de apoyo con que se cuenta en la isla
para estas emergencias.
Cuando cayó el avión de Taxpa el año 1972, lo isleños
pidieron contar con una mayor seguridad para los vuelos e incluso solicitaron
al Gobierno les concediera un crédito para la compra de un avión por parte de
la Cooperativa de Pescadores.
Con los años, como no hubo otros accidentes todas
estas peticiones se diluyeron y sólo se consiguió que se arreglara la pista
para el aterrizaje de aviones pequeños, con una capa de asfalto acorde a estas necesidades.
Entre los grandes obstáculos de la isla, se encuentran
la lejanía del aeródromo del pueblo San Juan Bautista (20 kms.), el único lugar
habitado y la falta de agua dulce en La Punta, lugar en que se encuentra el
aeródromo.
Esto ha impedido que la Dirección General de
Aeronáutica Civil, haya podido establecer su personal especializado en el aeródromo,
quienes tienen sus instalaciones en un lugar adyacente al viejo fuerte que
servía de custodia al poblado.
Por otra parte la falta de un camino que enlace el
pueblo con el aeródromo reduce las posibilidades de llegar rápidamente en caso
de una emergencia. El viejo camino de los años sesenta, nunca se terminó porque
para pasar hacia el pueblo hay que sortear el Mirador de Selkirk a unos 500 metros
de altura, situación que se podría superar mediante un túnel, pero su costo
resulta demasiado elevado para el flujo de tráfico que tendría.
Tal vez las tierras vacuas que dejó el tsunami podrían
alentar la construcción de una pista de
aterrizaje alternativa en ese lugar, proposición que hace muchos años presentó
don Santiago Figueroa y que por razones de la población que existía en ese entonces,
no se autorizó.
Dura tarea para el Gobierno, que tendrá que asumir
alguno de estos nuevos costos, porque los isleños, ciudadanos chilenos y dignos
guardianes de nuestra soberanía en ese apartado peñón, se merecen una mano en
este sentido y la misión será mejorar el aeródromo y facilitar el acceso
terrestre a como dé lugar.
Es posible que si hubiera habido un controlador de
vuelo en el aeródromo, el accidente del CASA 212 se podría haber evitado.
super interesante todo lo que escribes
ResponderEliminar